LA DIABLADA PILLAREÑA

El Diablo no es uno solo. En Santiago de Píllaro, al norte de la provincia de Tungurahua, salen por miles en la conocida Diablada Pillareña. Esta festividad se desarrolla del 1 al 6 de enero de cada año y reúne a todo el pueblo pillareño. Participan hombres y mujeres de diferentes edades y condición social. Cualquier persona puede disfrazarse de diablo, incluso los extranjeros.
El origen de la Diablada Pillareña viene desde la época colonial y se deduce que fue la rebeldía mestiza e india contra la religión Católica, lo que dio origen a esta fiesta. Los indios se disfrazaban de diablos en repudio a las prédicas sacerdotales y al maltrato físico, económico, sicológico y moral que recibían de los españoles
Cuenta la leyenda que en esta localidad, los habitantes del barrio Marcos Espinel acudían a cortejar a las mujeres de Tunguipamba. Los padres y hermanos, molestísimos al enterarse de tal afrenta, querían dar un escarmiento a los galanes y, por ello, no encontraron mejor manera que aprovechar la oscuridad y disfrazarse con máscaras con cuernos, como los acólitos del diablo.
Otros dicen que al finalizar la década de los cuarenta, en fiesta del Día de los Santos Inocentes, salía a las calles del pueblo la “Legión”, un variopinto grupo de personajes. Estaba el Cíclope, el Duende, la Muerte, el Alma, la Caja Ronca, el Dos Caras, la Loca Viuda, el Uñaguille y el Diablo. Se dice que este último personaje se tomó como referencia para dar origen a los “Diablos” de Píllaro.
Hay una versión que afirma que al inicio del nuevo año, que coincide con la fiesta de los inocentes, los pobladores de Píllaro creen que el cielo se abre y por ello realizan un ritual en el que llegan al límite de su comprensión, de su poder de resistencia y mentalidad. Esta práctica les da fuerza y poderes sobrenaturales. Se disfrazan y llevan una máscara que se asemeja al ser que más temen; danzan para mofarse, para tener el control sobre el maligno. Una tercera fuente atribuye el origen de esta particular fiesta a los mitimaes de origen boliviano que seguramente dejaron su rastro aquí, por la coincidencia de los personajes con la Diablada del Carnaval de Oruro.
Sea lo que fuere, la conocida Diablada Pillareña,  Patrimonio Cultural Intangible del Ecuador desde enero del 2009, es una celebración popular que año tras año incorpora a más comunidades y diablos adeptos. Las máscaras se elaboran artesanalmente sobre la base de un molde hecho en bloque de tierra al que se le adhieren varias capas de papel couché empapadas en engrudo. Se deja la máscara al sol para que adquiera dureza. Luego se añaden cuernos y dientes de diferentes animales: cabras, venados, corderos, toros, etc. Al final se otorga el color, pero sobresalen las tonalidades negras y rojas.
Sus trajes son también multicolores y se distinguen los elaborados en tela espejo o satín, acompañados con vivos o flecos que contrastan con el color del traje. Muchos llevan capas con diferentes leyendas alusivas al demonio, lucifer o el maligno. En la parte superior de la cabeza usan una coronilla elaborada con cartón prensado y forrada de papel celofán. Otros portan pelucas hechas con pelaje de animales o de cabuya, aunque hoy estos elementos han sido reemplazados por pelucas, sombreros o paja plástica.
Explosión de alegría
Con varios meses de anticipación se busca a la banda de músicos que acompañará a los danzantes. Los diablos bailan al son de una banda de pueblo y siguen los ritmos de sanjuanitos, saltashpas, tonadas y pasacalles. El baile se ejecuta alrededor de las parejas de línea, que representan a los patrones; completan esta comparsa las guarichas y capariches.
La leyenda también cuenta que quienes se visten de diablos en Píllaro tienen que hacerlo por siete años consecutivos, porque pueden ocurrirle cosas extrañas. Además son siete conocidos pasos los que realiza el Diablo en su danzar. Cada enero, entonces, los diablos se toman las calles de Píllaro. Es una fiesta entre la risa y el miedo.
Esta mágica expresión cultural que se celebra entre el 1 y 6 de enero  fue declarada Patrimonio Cultural del Ecuador en 2009, pues cada año miles de diablillos, en horas de la tarde, irrumpen con sus bailes y música la paz y tranquilidad de la pequeña ciudad de Píllaro en la provincia de Tungurahua, para dar paso a una verdadera fiesta a la que acuden miles de turistas nacionales y extranjeros.

Comentarios

  1. Las fiestas del chagra Mejia Machachi son las mejores fiestas que tiene el Ecuador por sus niveles de algarabia pasion por lo animales toros de pueblo gallos una excelente fiesta popular.

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  2. Pues si así como todas las fiestas en nuestro Ecuador, solo ecuatorianos y debemos sentirnos orgullosos de nuestra cultura

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