LA DIABLADA PILLAREÑA
El origen de la
Diablada Pillareña viene desde la época colonial y se deduce que fue la
rebeldía mestiza e india contra la religión Católica, lo que dio origen a esta
fiesta. Los indios se disfrazaban de diablos en repudio a las prédicas
sacerdotales y al maltrato físico, económico, sicológico y moral que recibían
de los españoles
Cuenta la
leyenda que en esta localidad, los habitantes del barrio Marcos Espinel acudían
a cortejar a las mujeres de Tunguipamba. Los padres y hermanos, molestísimos al
enterarse de tal afrenta, querían dar un escarmiento a los galanes y, por ello,
no encontraron mejor manera que aprovechar la oscuridad y disfrazarse con
máscaras con cuernos, como los acólitos del diablo.
Otros dicen que
al finalizar la década de los cuarenta, en fiesta del Día de los Santos
Inocentes, salía a las calles del pueblo la “Legión”, un variopinto grupo de
personajes. Estaba el Cíclope, el Duende, la Muerte, el Alma, la Caja Ronca, el
Dos Caras, la Loca Viuda, el Uñaguille y el Diablo. Se dice que este último
personaje se tomó como referencia para dar origen a los “Diablos” de Píllaro.
Hay una versión
que afirma que al inicio del nuevo año, que coincide con la fiesta de los
inocentes, los pobladores de Píllaro creen que el cielo se abre y por ello
realizan un ritual en el que llegan al límite de su comprensión, de su poder de
resistencia y mentalidad. Esta práctica les da fuerza y poderes sobrenaturales.
Se disfrazan y llevan una máscara que se asemeja al ser que más temen; danzan
para mofarse, para tener el control sobre el maligno. Una tercera fuente
atribuye el origen de esta particular fiesta a los mitimaes de origen boliviano
que seguramente dejaron su rastro aquí, por la coincidencia de los personajes
con la Diablada del Carnaval de Oruro.
Sea lo que fuere, la conocida Diablada Pillareña,
Patrimonio Cultural Intangible del Ecuador desde enero del 2009, es una
celebración popular que año tras año incorpora a más comunidades y diablos
adeptos. Las máscaras se elaboran artesanalmente sobre la base de un molde
hecho en bloque de tierra al que se le adhieren varias capas de papel couché
empapadas en engrudo. Se deja la máscara al sol para que adquiera dureza. Luego
se añaden cuernos y dientes de diferentes animales: cabras, venados, corderos,
toros, etc. Al final se otorga el color, pero sobresalen las tonalidades negras
y rojas.
Sus trajes son
también multicolores y se distinguen los elaborados en tela espejo o satín,
acompañados con vivos o flecos que contrastan con el color del traje. Muchos
llevan capas con diferentes leyendas alusivas al demonio, lucifer o el maligno.
En la parte superior de la cabeza usan una coronilla elaborada con cartón
prensado y forrada de papel celofán. Otros portan pelucas hechas con pelaje de
animales o de cabuya, aunque hoy estos elementos han sido reemplazados por
pelucas, sombreros o paja plástica.
Explosión
de alegría
Con varios
meses de anticipación se busca a la banda de músicos que acompañará a los
danzantes. Los diablos bailan al son de una banda de pueblo y siguen los ritmos
de sanjuanitos, saltashpas, tonadas y pasacalles. El baile se ejecuta alrededor
de las parejas de línea, que representan a los patrones; completan esta
comparsa las guarichas y capariches.
La leyenda
también cuenta que quienes se visten de diablos en Píllaro tienen que hacerlo
por siete años consecutivos, porque pueden ocurrirle cosas extrañas. Además son
siete conocidos pasos los que realiza el Diablo en su danzar. Cada enero,
entonces, los diablos se toman las calles de Píllaro. Es una fiesta entre la risa
y el miedo.
Esta mágica
expresión cultural que se celebra entre el 1 y 6 de enero fue declarada
Patrimonio Cultural del Ecuador en 2009, pues cada año miles de diablillos, en
horas de la tarde, irrumpen con sus bailes y música la paz y tranquilidad de la
pequeña ciudad de Píllaro en la provincia de Tungurahua, para dar paso a una
verdadera fiesta a la que acuden miles de turistas nacionales y extranjeros.
Las fiestas del chagra Mejia Machachi son las mejores fiestas que tiene el Ecuador por sus niveles de algarabia pasion por lo animales toros de pueblo gallos una excelente fiesta popular.
ResponderEliminarPues si así como todas las fiestas en nuestro Ecuador, solo ecuatorianos y debemos sentirnos orgullosos de nuestra cultura
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